Llega septiembre y pasa como en enero, empezamos de cero, reseteo y arrancamos nueva etapa.
Para muchas de vosotras, significará reincorporarse al trabajo remunerado, dejar a vuestros bebés con familiares o escuelas infantiles, otros cambiarán de etapa o bien, volverán al cole...
Y seguramente, todo ello, estará marcado por una sensación agridulce. Qué bien nos va a venir la rutina, ¿verdad? Pero por otro lado, que pena que el verano llegue a su fin, que se acaben las noches sin prisa, los despertares sin reloj, las siestas eternas...
En algunos casos, será la primera separación de vuestros bebés y cuesta, o a mí por lo menos, me costó...
Nos invaden los miedos... ¿Estará bien? ¿Está preparado? ¿Qué hará cuándo no me vea? ¿Son muchas horas separados?
Marieta, empezó la guardería justo cuando cumplió un año. Al matricularla, unos meses antes, le comenté a la directora si podía pagar su plaza mes a mes, y no llevarla en septiembre, sino esperar a enero. Por suerte, me dijo q no.
Yo quería que andase bien, que fuera más mayor... ¡Pero qué equivocada estaba!
Para empezar, la mayoría de escuelas infantiles están súper organizadas y tu bebé irá con otros bebés en sus mismas condiciones o muy similares, así que... ¡keep calm! Todo va a estar adaptado a su edad.
Por otro lado, el personal de estos centros tiene vocación por lo que hace, por lo que el amor y cariño con el que trata a tu bebé es inmenso.
Me encantó ver como Marieta una vez en la que coincidimos con su profe saliendo del centro, se soltó de mi mano, para cogerse a la suya. Me dio mucha paz ver que mi hija buscaba a su profesora, ¿hay mayor forma de demostrar lo a gusto que estaba con ella?
Las actividades y juegos que les preparan son geniales. Dedicación plena... Yo por lo menos, tengo que ir alternando el cuidar a mis hijos, con la casa y el trabajo de mi empresa, así que, no puedo darles 4 o 5 horas de calidad y plena atención por las mañanas. Allí sí...
Llegó un punto, en el que si un día no podía llevarla, me sabía fatal que se perdiera la actividad del día. ¡Menudo cambio di!
Y sí, claro que hubo algún lloro al principio, pero comprobamos que una vez entraba y se cerraba la puerta, su actitud cambiaba y ella, estaba bien.
He tenido la suerte, de poder estar mucho con ellos, de llevarlos a la guardería, pero solo unas horas, de poder estar en sus días estando malitos, de disfrutar de ellos y sufrirlos (por qué sí, no todo es bonito). Pero nos pasa a todas... cada etapa, cada nuevo comienzo, da miedo.
Este año, Julieta empezará el cole de mayores. ¡Madre mía! El cole de mayores... Y aunque no sea la primera y ya tengamos la experiencia con Marieta, también se me pone un nudo en el estómago al pensarlo.
Mi pequeña, cambia de centro, de amigos, de profes... Estará más horas, se quedará a comer... Y lo que ahora me parece un mundo, en pocos días pasará a ser lo normal. Por que esto va así... y es que la vida va de esto, de cambios, de evolución y de superación.
Y estoy segura de que nos quedan muchos inicios por descubrir, y sí, sentiré miedo, pero eso, también pasara...
P.D.: No llevar a tus hijos a una escuela infantil también es una opción fantástica. Si algo he aprendido en estos año es que cada una vive su maternidad como quieres y en muchos casos, como puede...