¡Hola!
Hoy comenzamos a contar vuestras historias, vivencias reales sobre la maternidad o cualquier tema relaciona con esta.
Nuestra protagonista de hoy se llama Irene y su embarazo fue una auténtica sorpresa. Su marido nació con criptorquidia, un trastorno del desarrollo en los mamíferos que consiste en el descenso incompleto de uno o ambos testículos. Hoy en día tiene fácil solución, pero en su momento era más complicado y en su caso lo trataron demasiado tarde. Una vez casado, tras varias pruebas les confirmaron la peor de las noticias, nuestro papi era estéril.
Tras un cambio de trabajo, intentado conseguir una mejora salarial ante la seguridad de que en un tiempo necesitarían someterse a algún tratamiento de fertilidad, llega de manera totalmente natural e inesperada la noticia de su embarazo. No estaban preparados, pero la noticia no pudo hacerles más felices. ¡Tras todas las negativas médicas, iban a tener un bebé!
Sin embargo, Irene notaba que algo no iba bien. Le planteó sus dudas a la matrona, no sé sentía como ella pensaba que debía sentirse. La respuesta de ésta fue que eran cosas de madres primerizas. Chicas, si no os encontráis bien o tenéis dudas insistid, pedid una segunda opinión o acudid a urgencias, más vale pecar de pesadas que jugar con nuestra vida o la de nuestros bebés, ¿no os parece?
En la semana 34 empezó a subirle la tensión. Un día paseando con su madre se comenzó a encontrar realmente mal, el dolor de cabeza era insoportable y decidieron entrar a una farmacia, ¡tenía la tensión a 17/12! Lógicamente, fueron al hospital y tuvieron que dejarla ingresada. El pánico se apoderó de nuestra protagonista cuando la doctora la informó de que tenía preeclampsia y era grave.
Raúl, enfermero de profesión y creador de @soyenfermeroylovalgo nos explica en qué consiste la esta enfermedad y sus posibles consecuencias.
"La preeclampsia se define como la aparición de hipertensión y proteinuria después de la semana 20 del embarazo. Es una enfermedad característica y propia de la gestación, y que únicamente desaparecerá tras esta.
Sino se trata, en la madre puede evolucionar a una eclampsia, que son convulsiones similares a una crisis epiléptica. Suponen un riesgo vital y pueden ocurrir antes, durante o después del parto. También puede manifestarse con el grave cuadro de Síndrome HELLP, potencialmente mortal para la madre.
En el feto, se suele acompañar de insuficiencia placentaria que suele manifestarse por restricción del crecimiento intrauterino, pero que puede llegar inclusive, a provocar la muerte fetal.
En ambos casos, se debe finalizar la gestación en sus casos graves en cuanto la situación lo permita. "
¿Sabéis que síntomas tiene o cómo prevenirla?
"Entre los síntomas se encuentra la hipertensión (TA >140/90mmHg), proteína en la orina, cefaleas y visión borrosa entre otros.
Respecto a como debemos prevenirla, no hay estrategias claras, pero mantener un peso saludable, y controladas otras enfermedades como la diabetes, pueden ayudar a su prevención. Lo mejor que podemos hacer, es llevar un embarazo controlado por profesionales sanitarios."
Irene tenía claro el riesgo que corrían tanto ella como su niña, su propia madre lo había padecido en su embarazo. El equipo médico no se explicaba como con sus antecedentes y síntomas, no había llevado un estricto control durante su gestación.
Tras una semana de ingreso y medicación, la situación no mejoraba. La niña estaba bien, pero no crecía, a ella le comenzaban a fallar el hígado y los riñones. ¡Estaba de 36 semanas, pero no podían esperar más!
Tuvieron que provocarle el parto, fue rápido pero duro. Las subidas de tensión complicaban tremendamente la situación. Nada más nacer la tuvieron que separar de su niña, a ella se la llevaron a UCI, debían tenerla controlada, la preclamsia se complicó y había derivado en una eclampsia.
No hay mayor soledad que la de no tener a tu bebé contigo tras dar a luz, y no hay mayor miedo que el pensar que tu historia puede tener un mal desenlace sin ni si quiera haberle conocido. Irene, tuvo a su bebé en brazos únicamente durante 5 minutos tras su nacimiento, los días posteriores la veía por fotos o vídeo. Nadie, nadie, nos prepara para estas situaciones. En todas las clases de preparación al parto o visitas a ginecólogos nos hablan de que hacer cuando nazca nuestro bebé, pero en ningún caso nos hablan de qué pasa si algo no va tan bien. ¡No estamos preparadas para ello! Seguramente, de ninguna manera se nos puede preparar, pero en nuestra cabeza sólo existe la idea de un parto que puede ser más o menos doloroso, pero con final feliz, nos imaginamos con nuestro recién nacido en brazos y rodeados de nuestra familia y seres queridos, por desgracia, no todas vivimos esa bonita película.
¿Queréis saber cómo termina esta historia? ¡Estad atentas a nuestro blog!