Hace un tiempo, con bebé2 (Julieta), os escribí una entrada en el blog que se titulaba "No toques a mi bebé", ahora con bebé3 (Pepe) vuelvo a sufir esas actitudes, pero últimamente me molesta aún más otra escena, os cuento...
Vas por la calle, niño llorando. Da igual que sea un recién nacido, tu hija de tres años en plena rabieta o tu hija de seis en sus lloros "preadolescentes".
Tu mientras, intentando mantener la calma, gestionando la situación, intentando llegar a casa dignamente y zaaaasss! Aparece "alguien" que se tiene q meter en la trifulca.
Sé que se hace por bien, pero de verdad, creo que en ese momento, coincidiremos que no es necesario.
Ese padre o madre, precisamente necesita tranquilidad no que un desconocido intente calmar a sus hijos.
Y luego, los hay de diferentes tipos... el que le dice al niño q se calle q no es para tanto, el q intenta ser cariñoso... y el q por hacerle la gracia a tu hijo suelta la estupenda frase de "mamá es mala, q mala es mamá".
No os voy a decir lo que en ese momento me dan ganas de decirle a él/ella, creo que os lo podéis imaginar...
Pero de verdad, ¡metasé en sus cosas!
Es un niño llorando, fin.
No hace falta hacer ni decir nada. Nadie se lo ha pedido. Se le pasará.
Igual es pura cabezonería, está malito, se le ha regañado, está agotado o se ha hecho daño... no lo saben y no es de su incunvencia. Lo hacen por bien sí, pero sobra.
Y encima... Te toca callarte y poner sonrisita. ¡Vamos anda!
Pero... ¿a usted qué le importa?